domingo, 15 de julio de 2012


Como siempre Ahora que quedan menos de 60 días para celebrar nuestras fiestas se me ocurre que...
Desde siempre  en nuestras fiestas se ha hablado de tradición, respeto a lo que nos ha sido legado  y a mantener nuestras más profundas raíces  que nos identifican, todo ello nos hace evocar sin duda el trabajo y el sacrificio de aquellas personas laboriosas y honradas que aportaron y aportan la esencia de nuestra fiesta, pero no es menos cierto que hoy nuestra fiesta se basa en las nuevas ideas que nutren nuestra sociedad y que tanto las nuevas  tecnologías  como las novedosas fórmulas que se nos ofrecen son aprovechadas con muy bien criterio por todos aquellos que están al frente de nuestras fiestas... presidentes, tesoreros,  delegados, etc... con ello quiero expresar  que también en las nuevas fórmulas y auspiciado por los nuevos tiempos es el deber de las nuevas generaciones seguir manteniendo estas fiestas en su esencia y su proyección hacia el futuro, pero no es sólo desde una correcta gestión, sino desde dentro, en su participación y desarrollo, es por ello que me gustaría hacer una llamada a la participación en uno de nuestros actos más emblemáticos: las embajadas; año tras año se viene llevando a cabo con no pocos esfuerzos el darle una mayor dignidad a este acto  y no hace falta decir que así se viene logrando, pero también conviene hacer notar que:
-          Las embajadas pertenecen a la fiesta y no son propiedad de una u otra comparsa.
-          Como  elemento  más genuino de nuestras fiestas debemos trabajar  a nivel individual y/o colectivo para seguir aportando aquellas ideas  que sin adulterar nuestros principios nos permitan avanzar a la hora de celebrarlas.

Para ello propongo:
           
-          Inculcar a los niños un interés por asistir a estos actos y su aprendizaje, para crear así una futura cantera de embajadores.
-          Crear los medios (consensuados) para la proliferación  de una mayor participación por parte de la familia festera en estos actos: como pueden ser  aparición de todos los banderines  en las embajadas, acompañamiento de un pequeño boato integrado por todos los representantes  tanto del bando cristiano como moro.
-          Fomentar los encuentros durante todo el año para todos aquellos que lo deseen para discutir, aclarar y aportar nuevas ideas que den esplendor y dignifiquen (aun más si cabe ) nuestras fiestas.
Espero que estas  preocupaciones  de alguien que se siente “fester”  lleguen hasta el resto de todos los festeros/as. Como así lo esperamos muchos de los que amamos e intentamos  trabajar año tras año para engrandecerlas y honrar con ello  a nuestra Madre  La Virgen de Loreto y a su Hijo el Santísimo Salvador del Mundo